Los refugiados no son una amenaza laboral
Al margen de cuestiones tan personales y subjetivas como el miedo al desconocido, al diferente, el temor por la llegada de refugiados no ofrece un peligro inminente desde el punto de vista económico
para los países de acogida. La mayor preocupación política, como es el
impacto en los trabajadores nacionales por el efecto de marginalización,
resulta “pequeño y de poco recorrido”.
Así lo indica un estudio independiente realizado bajo el paraguas del Fondo Monetario Internacional (FMI) que se ha publicado este miércoles, en el marco del foro económico de Davos.
“La inquietud por el flujo de refugiados entre los trabajadores nativos es comprensible al encarar posibles rebajas salariales y un mayor nivel de desempleo”, indica el documento centrado en Europa. Matiza, sin embargo, que la experiencia del pasado indica, tanto si se refiere a la inmigración económica como a la humanitaria, que los efectos adversos en sueldos y ocupaciones “tienen una limitación temporal”. Esto se explica en parte por “la baja capacidad de sustitución entre trabajadores nativos e inmigrantes y porque usualmente se incrementa la inversión ante una mayor fuerza laboral”.
Así lo indica un estudio independiente realizado bajo el paraguas del Fondo Monetario Internacional (FMI) que se ha publicado este miércoles, en el marco del foro económico de Davos.
“La inquietud por el flujo de refugiados entre los trabajadores nativos es comprensible al encarar posibles rebajas salariales y un mayor nivel de desempleo”, indica el documento centrado en Europa. Matiza, sin embargo, que la experiencia del pasado indica, tanto si se refiere a la inmigración económica como a la humanitaria, que los efectos adversos en sueldos y ocupaciones “tienen una limitación temporal”. Esto se explica en parte por “la baja capacidad de sustitución entre trabajadores nativos e inmigrantes y porque usualmente se incrementa la inversión ante una mayor fuerza laboral”.
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